La cadena de suministro es compleja por naturaleza, la interacción entre distintos proveedores, fabricantes, transportistas y vendedores se puede ver estresada con cambios repentinos en la demanda o el comportamiento de los consumidores, escasez de componentes o materias primas, etc. Un factor que generalmente pasamos por alto, pero que también añade mucha complejidad y eleva los costos de la logística es la adecuada administración de la temperatura de la mercancía.

La cadena de suministro fría, llamada también cadena de frío, es el proceso de preparar, almacenar y transportar productos perecederos, como alimentos y medicinas, a la temperatura y humedad adecuados desde la producción hasta la entrega al consumidor final. Su principal misión es garantizar la seguridad y calidad de los productos bajo su resguardo. 

La gestión de la cadena de frío requiere del uso de equipo de empaque, almacenaje, transporte adecuado, un preciso diseño de rutas, visibilidad y agilidad de punta a punta para asegurar cero variaciones que comprometan la integridad de la mercancía. La apropiada ejecución de la cadena de frío demanda el uso de tecnología especializada y acceso ininterrumpido de información en cada paso del proceso.

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¿Por qué es importante controlar la temperatura de algunos productos?

Un producto perecedero es aquel que por sus características físicas, químicas y biológicas tiene una vida útil limitada y que, por lo tanto, requiere condiciones especiales de conservación para garantizar su integridad, funcionamiento y propósito. Tal es el caso de muchos alimentos, fármacos y productos químicos.

Los alimentos, por ejemplo, se descomponen debido al crecimiento de bacterias. Factores como la humedad y exposición a ciertas temperaturas puede acelerar drásticamente la velocidad a la que las bacterias se reproducen. Según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), las bacterias en alimentos almacenados a temperaturas mayores a los 4°C pueden duplicar su número en tan solo 20 minutos.

Existen medicamentos que pueden sufrir cambios en su estructura molecular si son expuestos a temperaturas fuera de su rango recomendado, perdiendo su efectividad y comprometiendo la salud del paciente que las consume. Algunas vacunas, requieren de ser almacenadas a temperaturas entre los -60°C y los –80°C para mantener su efectividad; situación que impone retos logísticos sin precedentes a las farmacéuticas y gobiernos responsables de administrarlas.

Respetar la cadena de frío garantiza la calidad de los productos, aumenta la satisfacción de los clientes, genera demanda y contribuye a mejorar la salud pública.

Componentes de la cadena de frío

Embalaje térmico

La primera línea de batalla para combatir las variaciones térmicas de la mercancía dentro de la cadena de frío es el embalaje que usamos para protegerlos. Seleccionar un tipo de empaque termo aislado reducirá el riesgo de contaminación y deterioro de los productos durante todo su recorrido por la cadena de suministro. Adicionalmente, el embalaje térmico ayuda a proteger la mercancía de contaminación y resulta la manera más eficiente de ahorrar energía.

Las soluciones de embalaje térmico, sin embargo, no funcionan por sí solas. Un paquete dentro de un camión o almacén a temperatura ambiente por un periodo de tiempo prolongado eventualmente llegará a un punto de equilibrio térmico, comprometiendo la integridad de su contenido.

Almacenaje frío

Como su nombre lo indica, el almacenaje frío consiste en almacenar los productos en bodegas o centros de distribución refrigerados. Además de los sistemas de enfriamiento, las instalaciones, que suelen contar con andenes especialmente diseñados para evitar el ingreso del calor a su interior durante los procesos de recibo y embarque, resultando ser un elemento indispensable para mantener los costos de refrigeración lo más bajo posible.

Existen principalmente dos tipos de almacenes con control de temperatura:

• Refrigerado, con temperatura controlada entre 0 y 10°C

• Congelado, con temperatura controlada entre -30 y 0°C

La elección del tipo de almacén dependerá completamente de las especificaciones de conservación del producto.

Dado que operar en frío puede resultar considerablemente más costoso que en un almacén seco, cada almacén de la cadena de frío deberá considerar equipamiento, procesos y sistemas adecuados para funcionar lo más eficientemente posible, de lo contrario los márgenes de utilidad podrían desaparecer rápidamente. Dentro de los aspectos más importantes para asegurar altos niveles de productividad se encuentran los siguientes:

• Vestimenta especializada para el personal de almacén. No será suficiente proveer de chamarras y guantes a los operadores, el equipamiento térmico adecuado asegurará que los operadores tengan la movilidad necesaria para desempeñar sus funciones al mismo tiempo que estarán protegidos contra el frío extremo.

• Sistema de gestión de almacenes. Un WMS adecuado ayuda a controlar todos los procesos críticos de un almacén frío, desde un recibo ágil, hasta el registro de caducidades y uso de políticas de inventario PEPS, PCPS, UEPS.

• Hardware para las operaciones de surtido. Llevar el control de un almacén frío utilizado solamente papel es una tarea casi imposible, incluso operar con terminales de radiofrecuencia suele ser complicado cuando los operadores traen guantes para protegerse del frío. Una alternativa que libera sus manos y les permite realizar sus tareas con rapidez y precisión es el picking por voz, una tecnología que funciona a través de audífonos y un dispositivo móvil y dicta a los operadores del almacén las instrucciones de cada tarea que deben completar.

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Transportación refrigerada

Transportación refrigerada se refiere al método de transporte de mercancía que utiliza vehículos diseñados para enfriar y controlar la temperatura de los embarques durante todo su recorrido. El transporte refrigerado tiene dos principales características:

• Sistema de refrigeración – utilizado para enfriar el interior del vehículo

• Aislamiento térmico – utilizado para disminuir la velocidad de transferencia de calor entre el interior y el exterior del vehículo.

Bajo ningún escenario es recomendable transportar mercancía perecedera con vehículos que carezcan de alguna de las dos características arriba mencionadas. Sin un sistema de refrigeración, la mercancía eventualmente estará expuesta al calor aun cuando el aislamiento térmico sea excelente. Por otra parte, el aislamiento térmico ayuda a hacer más eficiente el uso del sistema de refrigeración y funciona como protección en caso de que el sistema padezca de alguna avería o mal funcionamiento.

Adicionalmente, el transporte refrigerado puede complementarse con un sistema de monitoreo continuo de temperatura. Estos sistemas funcionan mediante el uso de termómetros electrónicos conectados al internet (IoT) que continuamente reportan la temperatura y envían alertas cuando identifican desviaciones sobre las condiciones térmicas de la carga.

Si bien los equipos de enfriamiento y las prácticas de transporte adecuadas son factores importantes cuando se trata de mantener un entorno estable para los productos, los dispositivos de monitoreo brindan datos en tiempo real sobre las fluctuaciones de temperatura para que se puedan realizar los ajustes necesarios. Con la tecnología adecuada y la previsión temprana de problemas en la cadena de frío significa menos producto desperdiciado.

En resumen

La gestión de la cadena de frío no es una tarea sencilla, la responsabilidad implícita de manejar productos sensibles a cambios térmicos es gigantesca. El impacto de romper la cadena de frío puede causar daños irreparables en la salud pública y en los resultados financieros de las empresas. Por ello, garantizar la integridad de la cadena de frío y la seguridad del consumidor debe ser la prioridad número uno de las empresas que manejan productos con requerimientos de frío. Afortunadamente, existen soluciones para empacar, almacenar y transportar estos productos y así alcanzar su destino final en óptimas condiciones para su consumo.